domingo, 2 de mayo de 2021

DESDE UN LUGAR EN EL MUNDO (II)

  • C
  • CUENTO CORTO 
  • De tanto estrujarle el alma su piel lloraba sangre y sus ojos, como testigos, sudaban dolor. Los pies andaban pisando las huellas que su sombra, rea del cuerpo, dejaba mientras deambulaba por la herida. 

  • Robaba el aire que respiraba para saciar sus pechos, hambrientos, soñando con la láctea embriaguez de un mendrugo de pan. Y porque le habían arrancado la raíz de un solo cuajo y su fruto, putrefacto, expulsado del Edén, sólo le quedaba una lágrima. Huérfana y madre, hija y amante, guardó sus guerras en el baúl y partió en busca de una senda sin huellas que pisar, sombras que seguir ni testigos contemplando el reflejo de sus ojos. 

  • Y se arrojó, con lo puesto, casi desnuda, a la expresión sin descrédito. Anduvo de la mano de su sombra y empezó a entender, sin entender, que no había interferencia cuando miraba la luna y las estrellas porque en la noche supo, también, que ellas le habían identificado. Sonreían y se acercaban. 

  • Y ella, cada vez más cerca de la austera libertad, fue adelantándose a las huellas de la sombra que ya no seguía, alimentándose con sus propios pechos porque ya se hizo carne y piel. 

  • Vería el Fruto con otra forma, crecería y le hablaría a través de los Rizomas de las Mariposas, puro arte de lo bello para atender la necesidad estética y perdurable de su Existencia. 

  • E.